Proyección Audiovisual 2024 de CONATEL honró cultura afrodescendiente de Venezuela
La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), honró la cultura afrodescendiente venezolana en la proyección Audiovisual 2024, evento que sirvió además como impulso para la producción nacional independiente que ya cuenta con el apoyo del Fondo de Responsabilidad Social de la institución.
La Proyección Audiovisual 2024 se realizó en la localidad de Todasana, municipio Caruao del estado La Guaira, y en ella tuvieron una especial participación cultores y emprendedores de la zona, quienes permitieron a los asistentes reconocerse en sus tradiciones y su gastronomía.
En el evento, se proyectó el documental «Todasana: cómo vive un pueblo afro en Venezuela», realizado por la productora Liss Lares, en el que durante 24 minutos se rindió homenaje a la forma de vida sustentable de quienes habitan en ésta hermosa región playera de nuestro país.
Asimismo, se presentó para todos los niños un bloque de producciones infantiles, realizadas en su totalidad por talento venezolano que contó en su momento con el apoyo del Fondo de Responsabilidad Social de CONATEL. Entre ellas encontramos a El Yayo motorizado, Yeku y Sami en las 7 maravillas de Venezuela, Los espantos de la abuela y Julieth y sus amigos emplumados.
La Proyección Audiovisual 2024 de CONATEL fue también el escenario perfecto para rendir un merecido homenaje a Lorenza Ugueto, sanjuanera mayor y Patrimonio Cultural de La Guaira, quien se hizo eterna en el corazón de todos los habitantes de Todasana el pasado 21 de octubre.
Lorenza Ugueto, junto con su esposo y familiares, fue fundadora de la agrupación Tierra Sana, que tiene más de 41 años promoviendo las tradiciones venezolanas y formó parte de los documentos que se enviaron a la Unesco para que se declarara a los Tambores de San Juan como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Fue la propia agrupación Tierra Sana la que cerró con broche de oro la Proyección Audiovisual 2024 de CONATEL, con la interpretación de un repertorio que hizo hablar al cielo y a la tierra al son del repique de los tambores, una muestra más de la riqueza de nuestra cultura y el talento de nuestra gente.