Los procesos naturales del cerebro se ven interrumpidos por la sobreexposición a las pantallas y esto afecta la forma en la que los niños distinguen y reconocen los gestos, una forma no verbal de comunicación.

Harold Tovar, psicólogo y colaborador de la Dirección Nacional de Salud Mental del Ministerio del poder Popular para la Salud, detalló la forma en la que el cerebro de un niño pierde capacidades propias del desarrollo natural al pasar horas en las pantallas, una realidad que se presenta no solo en Venezuela, sino en todo el mundo.

“Nuestro cerebro está configurado para calibrar motricidad gruesa y fina durante el desarrollo, esto conlleva a perder habilidades de socialización. Se distingue una disminución en percepción y entendimiento de señales no verbales, como los gestos, señales que hasta los perros reconocen, pero están disminuyendo por el uso excesivo de pantallas”, detalló el psicólogo durante su participación en Conatel al Aire.

Estas habilidades son de gran importancia para los procesos de socialización de los niños, pues representan una forma no verbal de comunicar o de distinguir patrones de conformidad, desagrado, dolor y demás aspectos asociados que les impiden entender el entorno sin necesidad de hablar.

El Brain Rot, un término no médico que acuña la disminución de capacidades en los niños

Brain Rot no es considerado aún un término médico, por ahora es un modismo informal que circula para definir, de forma muy impersonal, los efectos que tiene la sobreexposición a las pantallas en el desarrollo cognitivo de las niñas, niños y adolescentes.

Todo esto, aclara, podría ser reversible siempre que se estimule al niño de forma correcta, con actividades lúdicas que le permitan a su cerebro retomar la construcción neuronal para la que está configurada cada mente en el proceso de crecimiento.

Por último, hizo un llamado a los padres quienes a su juicio son los responsables de crear un espacio ideal para su crecimiento y desarrollo psicológico, cognitivo, emocional y social.